Con la reciente publicación de dos estudios en Nature Medicine, sobre la regeneración de hígado y corazón, sin duda, se está logrando un paso crucial para la biomedicina, ya que hasta entonces diferentes problemas, impedían avanzar por este campo. ¿Cómo lo han logrado? ¿Hasta dónde podemos llegar?
Para empezar, debemos decir que aunque en los medios se diga que se ha fabricado un hígado de laboratorio, podríamos decir, que lo que se hace es regenerar un hígado dañado, más que crear, porque la estructura es la misma. Digamos que se ha rehabilitado el tejido, tal y como se hace en una casa.
¿Cómo?
Lo que han logrado es un paso brutal, ya que a
partir del armazón de células de colágeno (los pilares del
edificio), se “cambian” las células del órgano con problemas,
por células nuevas de otros pacientes (en nuestro caso son ratones,
que son los organismos de estudio) o por células madre propias para
otros tejidos.
Con esto, podemos evitar el rechazo (organismos
similares y con inmunología similar y/o mismo organismo) y el mismo
tipo celular, evitando la muerte a las 100 generaciones de los
fibroblastos, aunque se requiere una matriz extraceluar y una
perfusión del órgano.
En realidad no es nada sencillo lo que han logrado
porque estamos hablando de órganos terriblemente complejos y con
funciones demasiado complicadas como la que ocurre en el hígado.
Encargado de mantener la glucemia, detoxificar el organismo de etanol
y fármacos, producción secreciones biliares o realizar el Ciclo de
la Urea y eliminar el Amonio.
Problemas y Futuro
Estamos muy verdes, aunque que se pueda regenerar
un organismo tan complejo como el hígado con sus múltiples
funciones y lograr que funcione hasta 8 horas in vivo y hasta
24 horas ex vivo, indica que se avanza por el buen camino.
Como repetimos siempre en este blog, que salga una
noticia de que han logrado tal cosa, no significa que mañana ya se
pueda emplear. Seguramente hasta dentro 5-10 años no se logre
aplicarlo a nivel de más pacientes y en otros órganos.
De momento, en 2006 el experto en ingeniería
tisular, Anthony Atala, director del Instituto de Medicina
Regenerativa de la Universidad Wake Forest, presentó una vejiga
artificial (un tejido “relativamente sencillo” en comparación
con el hígado o el corazón), y que se puso en 7 humanos.
Utilizando tejido cultivado a partir de la células de los propios pacientes, médicos estadounidenses han transplantado exitosamente tejido de vejiga modificado en el laboratorio a pacientes de enfermedad de la vejiga.
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